Manuel Jesús Fernández Naranjo
Manuel es profesor de Ciencias Sociales desde hace 28 años, director del IES Virgen del Castillo de Lebrija e interesado en la innovación educativa y las nuevas metodologías que permitan al alumnado ser protagonista de su propio aprendizaje. Trabaja por proyectos en Secundaria y utiliza el flipped classroom en 2º de bachillerato. Suele publicar en su blog Direblog y en otras páginas como el blog colaborativo TACTICAS, INED21 y The Flipped Classroom. Coordina además varias comunidades de Google+ como FlippedEABE o Proyecto de Dirección Colaborativo. Un lujo tenerle aquí, en TICtirití, compartiendo sus proyectos.
Durante varios años he ido buscando la fórmula más acertada para desarrollar las competencias básicas (ahora parece que “claves”) del alumnado de secundaria. Desde tareas integradas más o menos asumidas por algunos equipos docentes y que fueron experiencias de aprendizaje muy valiosas, al desarrollo de Unidades Didácticas Integradas (UDI) de área, hasta llegar al PBL o ABP, que me ha convencido más porque creo que permite dos cosas: un desarrollo más claro de esas competencias y, sobre todo, aunque pueda que no sea lo más conveniente, desarrollarlas con el alumnado en las aulas en las que compartimos aprendizaje. No tengo que depender, después de años algo frustrantes, de otros y otras docentes que no están por la labor. En definitiva, que he buscado mi camino para no perder el objetivo.
Por otra parte, intentando también buscar metodologías más activas para los grupos de 2º de bachillerato, llegué hace dos cursos al flipped classroom o a la clase invertida que me ha permitido desarrollar experiencias de aprendizaje muy positivas y plantear un abanico muy variado de estrategias y actividades de clase: desde el trabajo cooperativo a la utilización de Twitter para el aprendizaje en el aula, pasando por concursos o debates parlamentarios.
Pero, vamos a las experiencias de este curso. Desde el principio me planteé una serie de propuestas de trabajo para mejorar el aprendizaje en el aula y un planteamiento actualizado de la estrategia de la clase inversa para 2º de bachillerato. Además, reflexionando sobre los buenos resultados de años anteriores, me convencí de que lo principal y necesario para ello es tener expectativas muy altas en el alumnado.
Con ese bagaje empecé el curso y de entre todas las experiencias desarrolladas destacaría las siguientes:
La iniciativa del Trabajo Fin de Bachillerato para el alumnado de 2º. Se trata de una iniciativa que por primera vez estamos desarrollando y que está costando trabajo asumir por el alumnado debido a la gran carga de trabajo que tienen, pero que está empezando a dar sus frutos que próximamente veremos.
La utilización del #temaxtuit para estudiar los
temas. Consiste
en resumir cada tema a base de tuits utilizando ese hashtag y el del curso
#his2vdc. Es una actividad muy bien valorada por el alumnado y que les resulta
muy útil y entretenida.
#lebrjanosxmundo. Dentro del proyecto colaborativo Exilio Andaluz,
estamos empezando, para culminarlo en el tercer trimestre, tanto en 4º de ESO
como en 2º de bachillerato, el proyecto Lebrijanos por el mundo, con el
objetivo de obtener datos de los jóvenes lebrijanos que se encuentran en el
extranjero trabajando. Con los datos aportados en un formulario de Drive
difundido por las redes y con el método tradicional de “boca en boca”,
pretendemos tener datos, hacer entrevistas, y difundir los resultados.
Proyecto
“la calle de Las Monjas” del Taller o Proyecto Integrado de Patrimonio de
4º de ESO. Posiblemente, sea el proyecto estrella de
este curso por lo que representa de trabajo, de responsabilidad, de difusión y
de aprendizaje-servicio. El alumnado del proyecto va a buscar información y
elaborar contenidos sobre lebrijanos ilustres y ese trabajo va a quedar
plasmado en cada escalón de esa típica calle lebrijana para información de
todos los lebrijanos y los que vengan a conocer esta ciudad.
Grabación en vídeo de algunas actividades de aula que han servido para exponer experiencias en algunas jornadas de formación y para que el alumnado observe y mejore sus actividades. Algunos ejemplos:
Comienzo del trabajo del proyecto Cadena Revolución en 4º de ESO (alumnado de la opción de ciclo formativo, con grandes lagunas de aprendizaje y algunos problemas de convivencia derivados de exclusión social).
Primera exposición del alumnado de 2º de bachillerato explicando el Antiguo Régimen.
No es nada nuevo, ya lo planteaban desde finales
del siglo XIX muchos grandes pensadores como Dewey, Montessori o Giner de los
Ríos, pero sigue siendo en la actualidad, por desgracia, una opción minoritaria
ante el predominio de la Escuela Industrial, homogénea y de valores sólidos y
seguros. Y esto me confirma en la necesidad de que cambiemos la mirada sobre
nuestra tarea docente en el aula, de que salgamos de nuestra zona de confort
porque es nuestra responsabilidad formar a nuestro alumnado para lo que les
espera, no para lo que ya no van a encontrar. Para la Vida y no para la
Escuela.
En resumidas cuentas, que durante mi
experiencia docente me he ido dando cuenta de que es cada vez más necesario que
el alumnado se sienta protagonista de su aprendizaje y que ese
aprendizaje debe proporcionarle autonomía, herramientas y estrategias para
poder enfrentarse al mundo que le espera. Que el papel del docente debe evolucionar de ser un mero transmisor de
conocimiento a convertirse en un guía del alumnado y un diseñador de
estrategias, actividades y escenarios para ese aprendizaje. Que en el mundo digital e incierto, se debe plantear
la tarea docente de otra forma muy diferente a la convencional porque se aprende de otra manera muy distinta a cómo se
aprendía hace poco tiempo. Y que la Escuela debe convertirse en un espacio de I+D+i, de experimentación,
de trabajo por proyectos, de difusión de experiencias, de colaboración. Y dejar
de ser un templo del saber, de un saber
rígido, cerrado, inmutable.
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