Tertulias literarias dialógicas: una experiencia de aula

Jose Antonio Díaz Ramírez 

Maestro en Secundaria, Jose Antonio es un docente imprescindible en el IES San José (Badajoz). Lo sé por experiencia propia. Tengo el placer de ser compañero suyo. En este artículo comparte con nosotros su experiencia a través de tertulias literarias dialógicas con alumnos de Primer Ciclo de Compensatoria. Una metodología de trabajo que potencia habilidades sociales y potencia la expresión oral. 


Hace varios cursos, y dentro del denominado proceso comunitario de la margen derecha del Guadiana en Badajoz, tuve ocasión de conocer y trabajar con representantes de todos los centros educativos de esta zona de Badajoz, en la mesa de educación del citado proceso. 

Este espacio, además de planificar y llevar a cabo distintas actividades socio-educativas para los alumnos, profesores y familias del entorno, nos sirvió para conocer más en profundidad las características, peculiaridades, y necesidades de los alumnos de la zona, así como experiencias que en los distintos centros se estaban llevando a cabo. Una de ellas consiste en la transformación del centro en comunidad de aprendizaje: una concepción diferente de qué es un centro, cómo funciona y cómo se trabaja para conseguir los propósitos consensuados por toda la comunidad educativa. 

En un encuentro formativo organizado por la citada mesa, tuvimos el privilegio de asistir en el IES San José a una conferencia de Ramón Flecha, principal impulsor del CREA de Barcelona, foco desde el que se ha venido impulsando una nueva concepción pedagógica en nuestro país -el aprendizaje dialógico- fundamento teórico de las experiencias de comunidades de aprendizaje. 

Desde la perspectiva dialógica, se entiende que los significados que damos a la realidad social se han creado en la interacción. Las personas continuamente creamos y recreamos significados acerca de la realidad que son el resultado de acuerdos intersubjetivos alcanzados a través de procesos comunicativos. 

Haciendo un sucinto fundamento teórico de este nuevo enfoque, podríamos resumir diciendo que la concepción dialógica del aprendizaje esta influida por las teorías socioculturales. Recoge aportaciones de Vygostky (1989), en las que señala cómo es posible recorrer la zona de desarrollo próximo a través de las interacciones. También Bárbara Rogoff (1993) investiga extensamente la interacción comunicativa entre personas adultas de la comunidad y niños y niñas en torno a actividades culturales. Bruner (1984) explica cómo es a través del diálogo que se elabora y reelabora la cultura, y además señala que el futuro de la psicología se encuentra en el estudio de la intersubjetividad, y Wells (2001) estudia en profundidad cómo a través del diálogo los niños y las niñas indagan y transforman el conocimiento. También valoran las aportaciones de Paolo Freire (1987), que también señala cómo la naturaleza de la persona es dialógica. Habermas, establece como premisa de su Teoría de la Acción Comunicativa (2001) que todas las personas son capaces de lenguaje y acción, lo que les permite interactuar y llegar a acuerdos. 

R. Flecha, en este memorable encuentro, sintetizó los principios del aprendizaje dialógico: 

diálogo igualitario
inteligencia cultural
transformación
dimensión instrumental
creación de sentido
solidaridad
igualdad de diferencias

A partir de los principios del aprendizaje dialógico se han desarrollado propuestas de prácticas educativas que pretenden acelerar los aprendizajes potenciando las interacciones entre todos los participantes en la comunidad educativa. Entre estas propuestas está la de las tertulias literarias dialógicas. 

Desde esta perspectiva, la lectura dialógica es un proceso intersubjetivo que arranca con la lectura y comprensión de un texto y a partir del cual las personas profundizan en sus interpretaciones, reflexionan críticamente sobre el mismo y el contexto e intensifican su comprensión del mundo a través de la interacción con los demás. 

De esta forma, la lectura dialógica supone desplazar el centro del acto de aprendizaje desde una interacción subjetiva entre “persona y texto a nivel individual” hacia una interacción intersubjetiva entre niños y/o personas adultas en relación con el significado que cada uno da a ese mismo texto. Nos contó R. Flecha que la experiencia de las tertulias literarias dialógicas empezó en la educación de personas adultas, en procesos de posalfabetización -concretamente en la escuela de la Verneda-Sant Martí de Barcelona- como una experiencia cultural y educativa no formal. Con el paso del tiempo se ha transformado y expandido entre los alumnos de las escuelas primarias y secundarias, y también entre sus familiares. 




¿En qué consiste concretamente una tertulia literaria dialógica? 

Todo comienza por la elección del libro que vamos a leer. La teoría recomienda recurrir a los clásicos de la literatura universal, aunque el diálogo previo puede llevarnos a seleccionar cualquier libro que el grupo considere oportuno. Los alumnos leen en casa, o en el instituto, el número de páginas acordadas para la siguiente sesión y deben señalar el párrafo o párrafos que más les ha gustado o que quiera resaltar por algún motivo, no importa cuál. 

Una vez en la tertulia, respetando el turno de palabra las personas leen en voz alta su párrafo y explican por qué lo han elegido e inmediatamente se abre un turno de palabras para que los demás participantes expresen su opinión. 

Una de las primeras normas que deben quedar claras y marcadas es que todas las opiniones serán respetadas por igual; la importancia reside en los argumentos que se aportan y no en la posición de poder de quien los formula (diálogo igualitario).

Primer momento: Cada participante empezará por dar su opinión de lo leído. No cabe la discusión, ya que estamos en el terreno de los gustos. 

Segundo momento: Se pasará a la lectura de los párrafos que cada uno ha escogido. Cada alumno lee en voz alta su párrafo y dirá por qué lo ha seleccionado y qué es lo que le dice a él. 

Tercer momento: A partir de su comentario se abre un turno de intervenciones de otros participantes para que también expresen su opinión sobre el párrafo elegido por ese primer compañero y las opiniones que ha vertido. Se genera un diálogo constructivo que no tiene necesidad de llegar a un consenso o a unas conclusiones comunes. 

Hay que resaltar en este punto que la finalidad no es que una opinión se imponga o se considere como válida por encima de las otras, sino que todas las personas se sientan capaces de aprender y de aportar conocimientos, convirtiéndose en creadoras de cultura. 

El proceso es eminentemente oral, cuestión que da pie a que todos los alumnos, independientemente de su nivel de comprensión lectora, puedan participar escuchando y aportando de acuerdo con el significado que para cada uno haya tenido el texto. 

Un aspecto importante es la función del moderador, que pueden ejercerla los alumnos de modo rotatorio -una vez se haya modelado esta función por parte del profesor/a- respetar el turno de palabra, argumentar y no descalificar, repartir tiempos, distribuir el turno de palabra y fomentar la participación de los más retraídos, etc. 

Así iremos trabajando hasta que terminemos el libro, momento en el que se hará una valoración global de libro por parte de los participantes (no una ficha del mismo). 

Además, esta actividad está sujeta a cuantas modificaciones vayamos estimando oportunas: establecer ayudas específicas para determinados alumnos con problemas lectores significativos (más tiempo, ayuda del PT, explicación de términos inusuales, implicación de la familia, etc).

Aunque no es objetivo de la tertulia literaria dialógica, si que a partir de ella pueden surgir infinidad de experiencias de enseñanza-aprendizaje que enlacen con el currículo ordinario que estamos desarrollando: realizar ejercicios de ampliación de vocabulario, uso del diccionario, ampliación de conocimientos con respecto al autor o el tema, etc. 

Con alumnos de 1º y 2º de Educación Compensatoria hemos puesto en práctica esta experiencia en nuestro instituto, usando tres libros: 

El lugar más bonito del mundo, de Ann Cameron
Maíto Panduro, de Gonzalo Mouré
Adaptación del Lazarillo de Tormes, de Rosa Navarro Durán 

Os dejo unas fichas complementarias de trabajo (pincha aquí) que usamos para la clase de Lengua, en torno al Lazarillo de Tormes. Al final de cada una se recoge una serie de preguntas para estimular la reflexión y la participación de los alumnos. 

“Fruto del diálogo igualitario y del debate, aumenta la motivación y la curiosidad por aprender los contenidos académicos, potenciando que se investigue sobre todo aquello que se desea aprender”. (Flecha R. 2008)


3 comentarios:

Profe poeta y pirata dijo...

Enhorabuena por esta fantástica entrada. La estoy utilizando como referencia para organizar una mini tertulia y me está ayudando muchísimo. Este curso no podré ponerlo en práctica pero ojalá pueda hacerlo el próximo. Gracias por compartirla con todos.
Elisa T.

Anónimo dijo...

Hola, soy Janett docente de Lima, Perú, magnífica idea, algo parecido hacemos por aquí, pero es todavía muy reciente, espero compartir con mis colegas lo q uds hacen , es muy productivo para nuestros estudiantes, Lo hacemos con antologías de autores nacionales e internacionales, manera de que adquiera el h+abito lector, luego lo aplicaremos en obras completas. Gracias por sus aportes,

Codés dijo...

Muy interesante aunque discrepo en que todas las opiniones sean igual de respetables, lo respetable es el derecho a la vida de la persona, a su dignidad, etc. Por lo que introduciría un cambio en este sentido.
Tampoco veo muy claro por qué para facilitar la comunicación oral, debemos dejar de lado a la comunicación personal de la escritura. Creo que ambos métodos se complementan. Muchas gracias. Una entrada muy interesante.