Día 1: viernes 7 de octubre
Después de las prescriptivas intervenciones de organizadores y autoridades, moneda de pago de todo encuentro de cierta relevancia, comenzó la conferencia marco, a cargo de Jurjo Torres Santomé. Un lujo oír a un profesor que desde su dilatada experiencia y más allá de los envites de la vida profesional, sigue manteniendo un espíritu crítico que ya le gustaría a algunos docentes menos talludos. Un discurso comprometido con un modelo educativo humanista, defendiendo el papel de las Letras y las Artes en el currículo, frente a un modelo hegemónico que convierte al alumno en un potencial operario y mercantiliza la enseñanza. Jurjo propone volver a las bases del oficio de enseñar, eliminando toda injerencia ajena al noble objetivo de aprender. Además de esto, tocó, aunque de pasada, retos urgentes como repensar el necesario equilibrio entre competencias y contenidos, huyendo de los extremos de convertir la enseñanza en mera memorización o vacuo ludismo.
Algunos asistentes apuntaron a modo de leve crítica que Jurjo se volcó demasiado en la defensa de las Humanidades, sin tener en cuenta el papel igualmente humanizador y ético de las Ciencias. También observaron una cierta querencia por la escuela pública que olvida el debate acerca de los retos de su relación con la concertada y la privada, un debate que sin embargo no obviaron los asistentes de la escuela catalana, más dispuestos a establecer sinergias que procuren un valor añadido. Cuestiones que se abordarían en los foros del Open Space durante la tarde. Estos aspectos no deslucieron en absoluto una conferencia que destiló optimismo y un amor honesto por esta profesión. Gracias, Jurjo.
Tras una pausa para tomar un café, alumnos de la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura agitaron cuerpos y mentes, desgranando virutas de color por todo el recinto, al grito de ¡Arte, Literatura, Música...! y procesionando una performance que criticaba sin pudor una educación deshumanizadora.
Visita al Museo de Arte Romano, cañas, comida y café. Cargado el estómago, toca alimentar de nuevo las mentes. Open Space guiado por la mejor maestra de ceremonias posible, Nélida Zaitegui (un abrazo, Nélida; espero que te animes a desempolvar rotuladores). Método de trabajo: quien quiera, libremente, propone tema de debate, se anota en la agenda-panel y cada uno se une al debate que le apetezca, aportando su punto de vista.
Pude participar en tres espacios y anotar visualmente algunas impresiones sobre temas tan importantes como el famoso debate sobre los deberes para casa, qué entendemos por innovación o cómo los espacios configuran nuestra forma de enseñar y aprender, y viceversa. En otras jornadas educativas a las que he asistido suele haber una cierta similitud en los enfoques y perspectivas sobre cuestiones que nos preocupan a los docentes, afortunadamente en éstas he podido disfrutar de posiciones y propuestas más diversas, lo que sin duda ha enriquecido el debate, te cuestionas certezas y compartes incertidumbres. Ha sido revelador constatar a viva voz las diferencias que existen entre la cultura de trabajo del profesorado y el desarrollo de la administración educativa de, por ejemplo, vascos y catalanes por un lado, y extremeños por otro. Un contraste que ensancha perspectivas y aporta ideas a tener en cuenta. Por cierto, un placer escuchar a los compañeros chilenos y el equipo tinerfeño.
Tras el debate, puesta en común. Sensaciones, emociones, ¿qué me llevo del día? Mañana más. Los que se quedan en Mérida, visita nocturna, cena y a descansar. El resto, a casa. Por hoy no está nada mal.
Día 2: sábado 8 de octubre
Abre la mañana Jaume Carbonell Sebarroja. Desayuno de ideas potente. Heredero de Freinet, la Nueva Educación y del Movimiento de Renovación Pedagógica, Jaume, como Jurjo Torres, nos invita a volver a la esencia de este oficio, atreviéndonos a repensarlo, abandonando certezas asentadas, recordando que lo importante es el capìtal humano en el que se asienta: nuestros alumnos. Aboga por una educación que combine emoción y razón, no una sin la otra; competencias y contenidos, no uno sin el otro. Una educación desespecializada, inclusiva, que no entienda de edades ni áreas de estudio aisladas. Una educación que por proyectarse hacia el futuro no deje de inspirarse en los clásicos. Tomo nota, maestro.
Tras un merecido descanso, toca mesa redonda. Alfonso Fernández, presidente nacional de FEAE, nos presenta a cuatro pesos pesados de la administración educativa, cada uno de una comunidad autónoma diferente: Ángel Felpeto, de Castilla la Mancha; Maite Alonso, de Euskadi; Xavier Chavarría, de Cataluña; y Rafael Rodríguez, de Extremadura. Cada uno desgrana los puntos fuertes de la gestión educativa de su contexto.
De Ángel Felpeto destaco su defensa de un modelo de innovación basado en la auto creación de contenidos y no en libros de texto, la idea de que innovar es un acto colectivo en el que todos deben sumar, la necesidad de reactivar de una forma creativa los consejos escolares y la autonomía de los centros.
Se quejaba Ángel de que la falta de compromiso presupuestario en su comunidad dificulta la innovación, una debilidad que afecta también a la consejería extremeña. Cabe decir, sin embargo, que el déficit presupuestario no debe ser excusa para repensar la administración de forma creativa. En Extremadura, por ejemplo, se condensó la ayuda europea a través de fondos destinados a la dotación TIC, pero sin tener en cuenta que tal dotación debía corresponder a un diseño integral, un proyecto holístico y no un parche que llenara de equipamientos los centros, sin saber hacia dónde dirigir la política educativa. Un error que se repite desde que entró el primer ordenador en un aula extremeña y que conduce no al modelo de auto creación de contenidos, sino a una reproducción del viejo modelo de libro-tarea-examen, solo que bajo la capa de aparente innovación que ofrece una interfaz digital.
La intervención de Rafael Rodríguez, Secretario General de Educación de Extremadura, fue a mi juicio deficiente, y no creo que lo fuera por una falta de disposición, sino porque revela la débil consistencia de la política educativa extremeña (a día de hoy, mañana ya veremos). Se implementan planes y programas educativos de forma compartimentada, sin relación con otros escenarios de innovación. No existe un modelo a largo plazo que integren esos diferentes escenarios y agentes implicados; se parchea y aún pesa de forma inquietante la huella del intervencionismo ideológico (de ambos lados del espectro político) sobre la administración. De ahí que poner en contraste las políticas educativas vasca y catalana con la extremeña genere una sensación de triste indignación. Y no es una cuestión solo de presupuesto, sino de gestiones audaces, integrales, centradas en la eficacia educativa y no en vaivenes ajenos al trasunto educativo. Da la sensación de que la política educativa extremeña es un barco varado, a merced del viento, con timoneles pusilánimes y una tripulación perpleja y desmotivada. Y es una pena, porque hace más una década que se va forjando en Extremadura una generación de docentes innovadores, bien formados e interconectados en redes de aprendizaje mutuo mucho mejor integradas que la propia administración. Una pena desaprovechar ese capital humano con políticas educativas mediocres. Estaremos a la espera de qué hacen los nuevos gestores de nuestra consejería para paliar esta lacra que amenaza con ser endémica. Por cierto, señor Rafael, es recomendable no leer de corrillo durante una mesa redonda; afea su naturalidad y debilita la credibilidad de cara al respetable.
Quedé gratamente sorprendido del nivel de compromiso, profesionalidad y claridad de ideas de los representantes de Euskadi y Cataluña. Daba la sensación de tener un plan curtido a base de mucho diálogo y firme convicción en líneas pedagógicas deseables, huyendo de la improvisación y el parcheo institucional. Un fértil maridaje entre la acción docente a pie de aula y el apoyo de las instituciones educativas, que por un lado ayudan, favorecen, acompañan, y por el otro incentivan, diseñan, otorgan un sentido y una dirección al proyecto educativo de su comunidad.
Muchos de los asistentes aplaudieron cuando Xavier confesó ser Inspector Jefe no a dado, sino por méritos. Son elogiables ideas como la necesaria adaptación de las plantillas al perfil de innovación de cada centro educativo, o que hayan llegado a un estado en el que son los mismos padres los que demandas centros con un perfil innovador sólido. Lleva muchos años, esfuerzos, determinación, cambios en la cultura de trabajo de la administración y de los docentes, para conseguir este escenario social entre escuela y familia.
No quedé tan convencido de la inclusión de empresas privadas en los modelos de evaluación externa de centro. Es a mi juicio más deseable que sea la propia administración educativa quien asuma ese rol, con apoyo de docentes y expertos acreditados, y siempre atendiendo al contexto cultural en el que se inserta la realidad educativa en Extremadura. Por citar un ejemplo, el plan extremeño de Competencias Clave sigue un modelo deductivo, que parte del conocimiento de la filosofía competencial, con el diseño de rúbricas y estándares, y termina en la acción directa en el aula y el aprendizaje de metodologías activas. Esta estrategia formativa favorece la conversión del proceso en una mera multiplicación de papeleo y una falsa percepción de estar innovando; el docente programa por competencias, pero trabaja en el aula sin cambios relevantes. Es fácil mentir a los papeles. Buena parte de los docentes extremeños que conozco copian las programaciones de las editoriales. Cambiar esta cultura de trabajo dudo que se procure con un modelo evaluativo externo que convierta al docente en administrativo o cronista de su rutina profesional. Como afirma Xavier Chavarría, "innovar no se impone", se disemina, abonando escenarios que favorezcan un ecosistema innovador.
Mañana intensa. Toca comer (en Casa Nano) y vuelta al tajo. Por la tarde, una coda de lujo: experiencias de innovación de la mano de docentes de Asturias (Dolores Pevida, ¡eres una crack! ¡Qué buen proyecto el tuyo con Laura Calvo), Castilla la Mancha, Andalucía (¡qué bien volver a ver a Manuel), Euskadi, Cataluña (Coral Regi y su Escuela Virolai nos hicieron soñar con que otra educación es posible) y Extremadura.
Después de dos días intensos de notas visuales, me tocó presentar el proyecto Dibújamelas. Todo un reto hacerlo en 20 minutos. ¿Solución? Un mini taller colaborativo de #visualcooking. Nos lo pasamos de miedo cocinando imágenes.
A modo de cierre, toca repaso a las conclusiones del Open Space y de las ponencias, con mis notas visuales de fondo. Satisfecho de saber que han gustado y ayudado a visibilizar las ideas de las jornadas. Durante los dos días no he dejado de animar a los asistentes a sacar rotuladores y perder el miedo a dibujar y utilizarlo como herramienta educativa. Próximo encuentro de FEAE, en Valencia, octubre 2017. No sé si superará a este de Mérida, que ha contado con un equipo de lujo.
Solo ves lo que quieres ver. Te pones tus gafas con el cristal de autoafirmarte y todo lo interpretas según la interpretación que ya traía.
ResponderEliminarMonago creyó y dijo textualmente: "... hoy empieza la intrahistoria de Extremadura" cuando llegó al gobierno y tú crees que la educación extremeña empezó cuando llegaste.
No voy a defender a ciegas a Ramón Besonías, no estoy siempre de acuerdo con él; no veo lo del dibujo, por ejemplo. Aunque comparto en parte de su diagnóstico: como padre, para elegir colegio pregunté por los profesores de cada centro, porque damos por supuesto que cada cual hace la guerra por su cuenta. Dicho de otro modo, no hay proyectos de centro, y de los centros hacia arriba en la administración, igual. Ideas inconexas, bienintencionadas seguro, pero ya.
EliminarY en todo caso, podrías argumentar tu opinión. Por pedir, podrías incluso identificarte. Si la cuestión tiene que ver con la política, puedo decirte que llevo un tiempo siguiendo a Ramón en Twitter y G+, aunque por cierto no le conozco, y ha mantenido sus opiniones en todos los tiempos políticos.
Me apena ver qué la educación tampoco se libra de los comentarios así, tan de moda en la red. Con el agravante de que en educación esto sí que no debería pasar; discrepa, incluso con fuerza, pero argumenta.
Gracias, Antonio. Por cierto, lo de no ver lo del dibujo tiene solución. Un día de estos te animo a probarlo en vivo. Un abrazo.
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